“Mi hijo salió a las 8:00 de la noche (a comprar) unas hamburguesas, porque estaba trabajando arreglando una moto, él no andaba de delincuente”, gritaba doña Paula Pérez, madre de Erick Daniel Bonilla Pérez (16), muerto a manos de policías.
Mientras retiraba toda indignidad y se apoyaba en el hombro de un familiar, doña Paula Pérez, afirmaba que “mi hijo trabajaba en un puesto de vender jugos en el Barrio Abajo”. Me quitaron a mi bebé, a mi niño”, exclamaba desconsolada.
La progenitora del joven sostuvo que su hijo salió a comprar hamburguesas junto a su amigo en la motocicleta, misma versión que manejaba el acompañante o sobreviviente de la persecución policial.
Pensando en que su hijo ya no estará con ella, recordó que “él soñaba con ser piloto y amaba andar en su moto”.
“Ellos (policías) los siguieron de allá del Congreso (Nacional) y le dispararon. De ahí, a él le salieron de frente y lo mataron, no le dieron oportunidad”, afirmó.