El sesgo de anclaje

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17 de junio de 2024
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12:34 am
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El sesgo de anclaje

Por: Rodolfo Dumas Castillo

Cuando usamos la palabra “sesgo” generalmente nos referimos a una inclinación o tendencia, consciente o inconsciente, que compromete la imparcialidad y objetividad en la percepción, el juicio o la toma de decisiones. En un sentido más amplio, el sesgo denota cualquier desviación sistemática de lo neutral o equilibrado. Este fenómeno puede manifestarse en diversos ámbitos, incluyendo nuestras conductas sociales y políticas. En general, el sesgo influye en nuestra interpretación de la información, toma de decisiones e interacción con nuestro entorno.

El “sesgo de anclaje” es un fenómeno cognitivo donde las personas dependen excesivamente de la primera información recibida (el ancla) para tomar decisiones. Este proceso psicológico, también conocido como sesgo de primera impresión, y en inglés como anchoring bias, influye en la percepción y el procesamiento mental de la información, formando parte de los sesgos cognitivos, procesos psicológicos que pueden llevar a interpretaciones irracionales y juicios erróneos, afectando la lógica y parcialidad en el pensamiento.

La primera información recibida establece un punto de referencia que influye desproporcionadamente en juicios y decisiones posteriores, incluso cuando la información adicional podría ser más relevante o precisa. Este fenómeno se ha estudiado extensamente en el campo de la psicología y la economía, demostrando su impacto en diversos contextos, desde negociaciones y decisiones financieras hasta compras cotidianas.

Un ejemplo sencillo del sesgo de anclaje sería cuando en una tienda vemos un producto con un precio de L.2,000 y otro igual en L.1,000. El segundo parece una ganga, aunque esté por encima del precio habitual. El producto más caro actúa como ancla, distorsionando la percepción del valor del segundo. Pero este fenómeno puede tener consecuencias significativas cuando se extiende a contextos más amplios y complejos, como el ámbito social y político.

En Honduras las profundas divisiones sociales y políticas pueden entenderse en parte a través del prisma del sesgo de anclaje. En estos tiempos en que la información y la desinformación se difunden rápidamente, los ciudadanos a menudo formamos nuestras opiniones en base a los primeros datos que recibimos, que pueden provenir de fuentes partidistas u oblicuas. Esa información inicial actúa como un ancla, influenciando nuestra percepción y juicio, incluso cuando se nos presenta información más equilibrada o precisa posteriormente.

Las campañas políticas en Honduras, como en muchos otros países, son un terreno fértil para el sesgo de anclaje. Los candidatos y partidos políticos buscan establecer narrativas y puntos de referencia desde el inicio de sus campañas. Por ejemplo, si un candidato logra etiquetar a su oponente con un apodo negativo o asociarlo con un evento desfavorable desde el comienzo, esta imagen inicial puede influir fuertemente en la percepción pública durante toda la campaña. Aunque se presenten pruebas contrarias, el ancla inicial puede seguir moldeando la opinión de los votantes.

Esta dinámica no es exclusiva de nuestro país. En Estados Unidos y Europa, las divisiones sociales y políticas también están exacerbadas por el sesgo de anclaje. En los Estados Unidos, la polarización política ha alcanzado niveles sin precedentes, en parte porque los ciudadanos están expuestos constantemente a fuentes de información que refuerzan sus creencias preexistentes. Las redes sociales con sus nocivos algoritmos contribuyen enormemente con este fenómeno, presentando información de manera que sirve como ancla para sus audiencias.

En Europa, el auge de movimientos populistas y nacionalistas también puede entenderse a través del sesgo de anclaje. Las crisis económicas y migratorias han servido como anclas poderosas, influyendo en la percepción pública y alimentando narrativas simplistas que dividen a las sociedades. Los líderes populistas a menudo capitalizan estos anclajes, presentando soluciones fáciles a problemas complejos, y una vez que estas ideas han echado raíces, es difícil para la información contraria desarraigarlas.

En Honduras, al igual que en otras regiones del mundo, este fenómeno contribuye a las divisiones y dificulta la formación de un consenso basado en información precisa y equilibrada. Comprender cómo funciona el sesgo de anclaje y reconocer su influencia en nuestras decisiones puede ser un primer paso crucial hacia la superación de estas divisiones y la construcción de sociedades más informadas y cohesivas.

Correo: rdc@dumaslex.com

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