Por: Otto Martín Wolf
Empecemos por el matrimonio entre dos personas de mismo sexo, digamos dos hombres.
Uno de ellos desde su niñez se ha sentido mujer, cuando tiene edad, valor y dinero, sale del armario y se enfrenta al mundo como mujer.
Antes, ha pasado por donde el cirujano que le ha cortado aquello y le ha implantado dos de aquellas.
Su cabello es largo, maquillaje y vestimenta no dejan duda de que se trata de una mujer y, repito, él se siente así.
En su mente se siente mujer y se está casando con un macho.
Entonces, desde su punto de vista femenino, realmente es un matrimonio entre dos personas de diferente sexo, no le parece?
Diferente cuando dos hombres se están casando, como ocurrió con el cantante Ricky Martin, que se casó con otro hombre, ambos vestidos de novio. (Por cierto, entiendo que ya se divorciaron, pero es asunto de ellos.)
En casos como ese no hay duda, se trata de una boda entre dos personas del mismo sexo, todavía en algunas partes necesitan una legislación que lo permite.
Un famoso atleta llamado anteriormente William Bruce Jenner, casado, con hijos grandes, decidió que era mujer. Se cortó todo, se implantó lo demás y ahora se llama Caitlin Marie Jenner. (Por cierto, quedó horrible)
El asunto es que tarde decidió que era mujer, aunque sospecho que tiene que haberlo deseado desde muy joven y, quizá debido a los prejuicios de la época, nunca dio el paso fuera del closet, sino hasta que ya había transcurrido gran parte de su vida.
Qué frustración, sinceramente lo compadezco, todos esos años con aquella idea dentro de su mente!
Pero a lo que voy es a lo de las bodas. Si ese William Bruce estaba casado con una dama y se transformó en mujer, ante la ley su esposa está casada con un hombre o con una mujer?
Cómo quedan las cosas cuando uno de los miembros de un matrimonio cambia de sexo, aunque sea con ayuda del cirujano?
Y cuál es el estatus legal si en el lugar en donde residen normalmente la ley no aprueba el matrimonio entre dos personas del mismo sexo?
¿Qué enredo es verdad?
Pero se dan toda clase de cosas.
Hace algún tiempo vi la entrevista que le hacían a un hombre que se había transformado en mujer, pero sin que le cortaran nada. Se había puesto de aquellas y se vestía y maquillaba como mujer, tenía bastante tiempo de hacerlo.
Pues bien, mire el enredo: Resulta que le confesó al entrevistador que se estaba volviendo lesbiana porque le estaban empezando a gustar las mujeres.
Pero si se trata de un hombre, lo único es que se viste como mujer!
Un hombre no puede ser lesbiano, se vista como se vista, no es cierto?
No sé qué fin tuvo con su problema, especialmente porque -pensé- si no cambia su manera de vestir y maquillarse, cuando se le acerque a una mujer ésta va a pensar que es una lesbiana, así que quedará en la misma.
Pero, si cambia de ropa y maquillaje quizá pueda encontrar a la chica de sus sueños, que obviamente debe ser una mujer a la que le gusten los hombres.
El hábito no hace al monje, no hay ropa que pueda transformar a un hombre en mujer, de hecho no hay nada que pueda lograrlo.
Si se corta aquello y se implanta de lo otro no se convertirá en mujer, no hay manera, su sexo fue determinado al azar en el momento justo de su desarrollo como embrión (aprox. 18 semanas) y eso no lo puede cambiar nadie.
Esto me lleva a lo siguiente: Considero que todo mundo puede casarse con quien quiera, inclusive creo que pronto habrá matrimonio de tríos, tómeme la palabra.
También creo que el Estado debe ser un facilitador para los ciudadanos, su principal misión es crear las condiciones que les permitan ser felices, de ninguna manera el Estado puede decidir quién ama a quién y quién se siente qué.
Tampoco el Estado puede prohibir o decidir quién se casa con quién, eso sólo se ve en los países con regímenes totalitarios como Rusia.
En muchas naciones africanas existen severas sanciones para el homosexualismo, inclusive la pena de muerte.
¿Quiénes son los dirigentes para decidir y ordenar sobre los gustos de los ciudadanos?
En la privacidad de su vida cada uno es rey, siempre y cuando no perjudique a nadie.
Finalmente, tengo que repetirlo; montar un espectáculo sobre algo relacionado con eso en Casa de Gobierno es solo una manera de distraer la atención sobre los verdaderos problemas nacionales.
